miércoles, 17 de septiembre de 2008

No eres la princesa más guapa del reino

¿Cuántas veces se preguntó lo mismo aquella noche? quien sabe… pero ella seguía manteniendo los ojos abiertos para no ver, refugiada en la oscuridad de su habitación. Estaba inmóvil, acurrucada en la cama, en la suya, la de siempre, en la que volvía a sentirse como la niña que era, en la cama donde solo los monstruos le habían robado el sueño hasta aquella noche. Esa noche más que cualquier otra, se dio cuenta de que el arrepentimiento siempre llega tarde, que no era tan mayor como ella creía, que cada cosa tiene su momento y querer vivir más rápido de lo que te toca tiene sus consecuencias.
Le había dolido mucho, pero quizá ahora le estaba doliendo más el recordar y ponerse a pensar. Deseó que sus amigas no fueran sus amigas, esas amigas de las cuales siempre iba a remolque, quería hacerlas desaparecer, fueron ellas quienes la convencieron, pero la culpa era suya, solo suya, ella lo sabía y era por eso por lo que lloraba en soledad.
Pensaba en todas las explicaciones que tendría que dar mañana, en como iba a fingir que se estaba muriendo por dentro, como iba a fingir la rabia, el dolor y las ganas de huir, de no ver a nadie nunca más… pensó por un instante que quizá aquel era el momento de echar a correr, pero sabía que era una locura, que no servía de nada huir, porque tanto en su cama como en la otra punta del universo seguiría sintiendo lo mismo, se seguiría sintiendo sucia.
Pensó en aquel día de junio, cuando le vio en la puerta de su colegio, en esa actitud chulesca, en como fumaba su cigarrillo, en como la miró de reojo cuando se cruzaron… Él tenía todas las armas necesarias para atraerla, solo tenía que pedírselo y ella sería suya, no podía remediarlo…

Este es un pedacito de algo ke estoy escribiendo, no se si llegara a buen puerto o ke, pero lo ke cuenta es escribir!

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